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Foto del escritorClars

¡Los Cadillacs cantando para vos!



SOLD OUT. Siete mil asistentes en el Auditorio Citibanamex al regreso de la icónica banda Argentina; Los Fabulosos Cadillacs en Monterrey.


Los conciertos de los Cadillacs siempre saben a reencuentro. Baile y gozadera. Las butacas no se tocan. Desde la canción uno a la canción veinticuatro. Nadie toma asiento. Ni con los achaques de la edad o el extenuante cansancio del fin de semana laboral.


El concierto da inicio. Nadie se hace esperar. Juntos, se encaminan los músicos al escenario. Vicentico va al frente. El estilo y presencia de Vicentico se percibe desde que pisa el escenario. El intro lo arman todos. Comienza la noche con Los Fabulosos.


Ese ¡Oh - Oh - Oh - Oh! de “Yo no me sentaría en tu mesa” es un llamado. Los asistentes lo corean y gritan de principio a fin. Una de las rolas más esperadas de la banda. Todo un himno.


Los grupitos de amigos que la gozaron con Los Cadillacs en la adolescencia. La euforia existe en sus ojos y el baile. Brincan. Se derraman sus cervezas. Sonríen entre ellos. Brindan.

Es imposible captar el momento en video. O bailas o grabas. Todos preferimos bailar.


Es el ambiente de la barra brava. De tomar el centro y alentar al equipo. De silbatazo inicial a final. No se puede abandonar la butaca sin dar por terminado el partido.


La noche continúa en ascenso bien planeado para estrujarnos el corazón y la nostalgia. “Calaveras y diablitos”, “El genio del dub”, “Manuel Santillán, el León”, “Revolution rock”.

Para que por un momento arremeta un duro golpe de melancolía al escuchar los primeros acordes de “Siguiendo la luna”.


Subiendo de nivel con “Mal bicho”, “Matador” “Vasos vacíos” y culminar la noche, por supuesto, con la rola más representativa de la banda. “Yo no me sentaría en tu mesa”.


Así se despiden los Fabulosos Cadillacs de la ciudad. Con un concierto irrepetible. No abandonamos el recinto hasta que la música dejó de sonar. Nos llevamos la continuidad de la felicidad y el baile en el corazón, rumbo a casa. Con el playlist de Los Fabulosos en el coche, a todo volumen, coreando un: ¡Oh - Oh - Oh - Oh - Oh! ¡Oh - Oh - Oh - Oh - Oh!...



Foto y texto por Clars.





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