Todos alguna vez hemos asistido a algún evento a ver a nuestra banda favorita, tomar una cheve helada y compartir buenos momentos con amigos y personas que conectan con esta misma idea.
Este 20 de julio fue vivir ese momento. Un día lleno de euforia, comida, cheve, mucha música, amigos y nuevos compañeros de conciertos, este día libre para todos fue genuinamente fenomenal.
Desde temprano se abrieron las puertas para lo que sería un día sin precedentes, en esta primera edición del festival y con toda la intención de darle a cada asistente una experiencia de calidad y mil emociones, la gente iba llegando al Estadio Mobil Súper. Outfits en tonalidades de negro, cuadritos, vans o botas, gorras y faldas de tablones no podían faltar.
La tarde pintaba para convivir con tus compas y pasarla genial. Cada agrupación que se presentó en el escenario dejó todo de si. Fuimos testigos de la complicidad entre artistas al ver muchos ft en los shows, demostrando que en la escena aún hay esperanza y hay lugar para todos.
Todos ejecutaron de manera increíble cada instrumento, pero mas allá de un acorde o un golpe en la batería fue el sentimiento que dejaban en cada asistente que cantaba y gritaba a todo pulmón las canciones, conectando al instante con las bandas y fusionando esa pasión por la música.
El regreso de bandas como Thermo a tierras regias, la nostalgia de escuchar a Emery y The Almost, la característica energía de Touché Amore e Insite, sin duda fueron de lo más esperado de la noche.
Nos quedamos con una experiencia que sin duda queremos volver a vivir, deseando que este festival llegue para quedarse y recordarnos que un Día libre es necesario para todos, la música es ese medio.
Pendientes de la Segunda Edición.
Editor: Deii Traslosheros
Foto: Vlad Girón
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