Frenesí y delicadeza en sus movimientos. Aurora sale al escenario, detrás de ella, un inmenso sol. Un vaivén de silencios. Los asistentes apenas y susurran cada canción cuando ella la interpreta. Ese silencio representa la majestuosidad de su voz. Ella es espontánea. Su voz calma y sana todo dolor. No existe pensamiento alguno mientras te encuentras entre la multitud. Serenidad, solamente. Esa presencia escénica hipnotiza.
El Showcenter Complex está a reventar. Las filas desde temprano para poder estar lo más cerca posible a ella. Previo a su presentación, Hannah Storm, abre el escenario. Tiene una esencia muy parecida. También es noruega, transmite nostalgia y armonía. Le ha acompañado en algunas otras presentaciones, ya bien conocida por los mismos seguidores de Aurora. La reciben con cariño y gritan su nombre. Hannah agradece el amoroso recibimiento.
Cada canción y melodía es como un ente que se desprende de su ser para alcanzarte. Libera un poco de sí misma. Llega a la profundidad de tu alma. Se impregna. Es un viaje en todo el sentido: sonoro, visual, melancólico. Emoción, imaginación y mucho amor.
Ya habíamos hablado del poderoso mensaje que transmite en sus canciones. No se necesita más que su voz. Es un diálogo placentero que se enquista en nuestra memoria. Un mensaje que trasciende.
De todas las edades, hay quienes entran acompañando a los más pequeños, otros esperan afuera. Aurora es muy conocida por algunas canciones virales en redes. Los chicos lo disfrutan. Gracias a esas tendencias las nuevas generaciones son parte de frescas y bastante buenas propuestas musicales. Nos jactamos de que la buena música se extingue y criticamos duramente las plataformas digitales o dudamos del contenido que nuestros hijos pueden encontrar. Aurora nos demuestra que cada nueva herramienta digital, usada correctamente, puede alcanzar más allá de lo que creímos perdido.
Un aplauso a todos esos papás/mamás que tomaron mucho en cuenta a sus hijos pequeños para llevarlos a disfrutar de un show como el de AURORA.
La noche la disfrutamos de principio a fin. Deseamos mucho que Aurora vuelva pronto a México y traiga consigo más de esa esencia cristalina y esos misterios de inmensos bosques y montañas noruegas. La felicidad Aurora la echó a una maleta y la esparció entre su público, en cada concierto.
Aurora, su mensaje y el resultado del mismo, me recuerda a esa muy famosa fotografía de Bernie Boston: “Flower Power” titulada así por el mismo movimiento hippie que consiste en regalar o introducir flores en las armas de los policías. En la foto vemos a un chico en una manifestación pacífica que coloca flores en los cañones de las armas mientras les apuntan a los manifestantes y les rodean. Tan así de fuerte y duro es el mensaje de Aurora. Son otros tiempos pero el mensaje sigue siendo el mismo.
Por Clars
Galería por Vlad Girón
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